CINE DE VERANO

Esta entrada no tiene mucho que ver con los temas de los que suelo hablar en este pequeño rincón, pero hoy por la mañana al llegar del trabajo he pasado por el cine de verano de mi ciudad.
La verdad es que no tiene la mejor de las imagenes, los asientos no tiene vibración y el sonido no es de calidad extrema, además de tener sillas de terraza y que la gente fuma sin pensar a donde va el humo de su cigarro, pues con todo eso es el mejor cine del mundo.
A mi me encanta sentarme en esas sillas ir al bar del cine para pedir una hamburguesa, un perrito o unas patatitas fritas, incluso un buen paquete de pipas, acomodarme y dejarme llevar por su magia al interior de la película.
Es el único cine en el que los niños pueden corretear por los pasillos y jugar a sus anchas mientras los papas tranquilos ven la película, van familias enteras o pandillas de amigos que entre bromas y risas se pasan las coca colas y las chuches entre ellos, la cantidad de amores de verano que habrán salido de esas salas.
Es un pequeño rincón de la ciudad en el que parece que el tiempo se ha detenido, sigue igual que hace años, un pequeño paréntesis en el tiempo, que al entrar te traslada a los mejores años, esos en los que solo te preocupaba el partido de fútbol con los amigos.

En fin que uno no puede nada más que pensar que estos espacios deberían estar protegidos como lugares en peligro de extinción, para que las grandes salas no acaben con espacios especiales como este.
Por ultimo deciros que si en vuestra ciudad hay para vosotros un lugar que evoque recuerdos especiales, vayáis con asiduedad para salvar estos pequeños espacios de los grandes centros comerciales, y así vuestros hijos podrán disfrutar también de ese pequeño espacio de vuestra memoria.